RESUMEN DE LA LECTURA
Joaquín Guzmán Cuevas* F. Rafael Cáceres Carrasco*
ACTORES CUALITATIVOS DE LA ESTRUCTURA EMPRESARIAL: HACIA UNA TIPOLOGÌA MACROECONÒMICA DE LAS EMPRESAS EN EL ANÁLISIS REGIONAL
Joaquín Guzmán Cuevas* F. Rafael Cáceres Carrasco*
En todo proceso de
crecimiento económico se produce un mecanismo que la teoría tradicional
entiende que es automático: ahorro-inversión productiva-crecimiento económico.
Sin embargo, este mecanismo, dividido en dos fases, que transforma los recursos
financieros en crecimiento económico no es automático ni uniforme para todo
tiempo y lugar. Y ello por dos razones fundamentales:
No siempre, en
cualquier economía, existen agentes empresariales que sepan, puedan o quieran
convertir el ahorro financiero en inversión productiva.
No todas las acciones
de inversión productiva contribuyen en igual proporción al proceso de
crecimiento económico.
En base a estas dos
razones, se pueden distinguir en la empresarialidad (entrepreneurship) dos
componentes fundamentales: a) el empresario (función empresarial) y b) la
empresa (tejido empresarial). Cada uno de estos componentes se proyecta
respectivamente sobre cada una de las dos fases del mecanismo ahorro-inversión
productiva-crecimiento. Es decir, de una parte, el empresario es el agente
económico que convierte el ahorro en inversión productiva y, de otra, la acción
del conjunto de las empresas que funcionan en la economía es lo que incide en
la elaboración de bienes y servicios en forma de crecimiento económico. Desde
hace varias décadas, los estudios sobre empresarialidad o entrepreneurship
vienen centrándose mayoritariamente en las características de los empresarios,
sus motivaciones, los problemas que les afectan, su relación con las
instituciones y poderes públicos, etcétera (Dubini, 1989; Aghion y Howit, 1992;
Guzmán, 1994; Guzmán y Santos, 2001; Acs y Audretsch, 2003; Fayoll et al.,
2005). No obstante, son muchos menos los trabajos que ahondan en la segunda
fase del proceso de crecimiento: la acción del tejido empresarial en aras de
convertir la inversión en el máximo crecimiento económico posible.
Naturalmente, esta acción productiva del tejido empresarial, en el contexto de
una determinada economía regional, viene condicionada por la tipología de
unidades de producción que caracteriza al conjunto del colectivo de empresas. Y
en esas coordenadas se inserta precisamente el contenido fundamental de este
trabajo: analizar los distintos factores que inciden en la calidad del tejido
empresarial. Pero esa calidad no debe entenderse aquí desde un punto de vista
individual o del management lo que se
plasmaría en la búsqueda, en última instancia, de un objetivo de maximización
del beneficio de una empresa determinada—, sino desde un enfoque estrictamente
macroeconómico, es decir, valorando la contribución del tejido empresarial al crecimiento
económico, especialmente dentro del contexto del análisis regional, donde los
factores políticos e institucionales presentan menos relevancia que en el
ámbito internacional a nivel de países. Todo lo anterior es independiente,
obviamente, del enfoque individual o micro, en el que lo esencial es la
rentabilidad de cada empresa y en el que es muy posible la existencia
simultánea de empresas muy rentables y poco rentables en un mismo tejido
empresarial regional.
La
densidad empresarial Una primera variable que explica la fortaleza o debilidad
de la estructura productiva regional es el número de empresas existente en la
economía. En principio, cuanto mayor sea el número de empresas respecto a la
población total, mayor probabilidad existe que la producción de bienes y
servicios (PIB regional) alcance niveles más altos.
Tamaño empresarial Tradicionalmente, ha habido una cierta unanimidad en pensar que las grandes empresas eran las que mayor contribución realizaban al dinamismo económico en sus distintas facetas, valor añadido, innovación, empleo, etcétera.
La calidad ha tenido una importancia creciente para las empresas, gobiernos e investigadores en los últimos años. En la literatura sobre el tema es posible encontrar numerosas definiciones de calidad, que ponen énfasis en las características de los productos que satisfacen las necesidades de los clientes de la empresa y en la adecuación de los procesos de gestión y producción a ese fin. También se ha definido el concepto de calidad total, que hace referencia a un método que considera todas las actividades de la empresa en el intento de satisfacer con eficiencia económica las expectativas del cliente. La calidad guarda una estrecha relación con los procesos de investigación y desarrollo, en tanto que está vinculada a las actividades de investigación orientadas a lograr nuevos métodos de producción, nuevas técnicas de gestión y mejoras en los procesos de producción y productos.
La calidad ha tenido una importancia creciente para las empresas, gobiernos e investigadores en los últimos años. En la literatura sobre el tema es posible encontrar numerosas definiciones de calidad, que ponen énfasis en las características de los productos que satisfacen las necesidades de los clientes de la empresa y en la adecuación de los procesos de gestión y producción a ese fin. También se ha definido el concepto de calidad total, que hace referencia a un método que considera todas las actividades de la empresa en el intento de satisfacer con eficiencia económica las expectativas del cliente. La calidad guarda una estrecha relación con los procesos de investigación y desarrollo, en tanto que está vinculada a las actividades de investigación orientadas a lograr nuevos métodos de producción, nuevas técnicas de gestión y mejoras en los procesos de producción y productos.
1.
Por qué se dice que no siempre, en cualquier
economía, existen agentes empresariales que sepan, puedan o quieran convertir
el ahorro financiero en inversión productiva?
Se dice que no siempre existen agentes
empresariales que sepan o quieran No todas las acciones de inversión productiva
contribuyen en igual proporción al proceso de crecimiento económico. En todo
proceso de crecimiento económico se produce un mecanismo que la teoría
tradicional entiende que es automático: ahorro-inversión productiva-crecimiento
económico.
Sin embargo, este mecanismo, dividido en dos
fases, que transforma los recursos financieros en crecimiento económico no es
automático ni uniforme para todo tiempo y lugar, y es por ello que no siempre,
en cualquier economía, existen agentes empresariales que sepan, puedan o
quieran convertir el ahorro financiero en inversión productiva.
2.
Se pueden distinguir en la empresarialidad
(entrepreneurship) dos componentes fundamentales, ¿Cuáles son?
En base a estas dos razones, se pueden distinguir en la empresarialidad
(entrepreneurship) dos componentes fundamentales: a) el empresario (función
empresarial) y b) la empresa (tejido empresarial). Cada uno de estos
componentes se proyecta respectivamente sobre cada una de las dos fases del
mecanismo ahorro-inversión productiva-crecimiento. Es decir, de una parte, el
empresario es el agente económico que convierte el ahorro en inversión
productiva y, de otra, la acción del conjunto de las empresas que funcionan en
la economía es lo que incide en la elaboración de bienes y servicios en forma
de crecimiento económico.
3.
¿Es cierto que la acción del tejido
empresarial en aras de convertir la inversión es el máximo crecimiento
económico posible? Explique
Desde hace varias décadas, los estudios sobre
empresarialidad o entrepreneurship vienen centrándose mayoritariamente en las
características de los empresarios, sus motivaciones, los problemas que les
afectan, su relación con las instituciones y poderes públicos, etcétera
(Dubini, 1989; Aghion y Howit, 1992; Guzmán,
1994; Guzmán y Santos, 2001; Acs y Audretsch, 2003; Fayoll et al., 2005). No
obstante, son muchos menos los trabajos que ahondan en la segunda fase del
proceso de crecimiento: la acción del tejido empresarial en aras de convertir
la inversión en el máximo crecimiento económico posible. Naturalmente, esta
acción productiva del tejido empresarial, en el contexto de una determinada
economía regional, viene condicionada por la tipología de unidades de
producción que caracteriza al conjunto del colectivo de empresas. Y en esas
coordenadas se inserta precisamente el contenido fundamental de este trabajo:
analizar los distintos factores que inciden en la calidad del tejido
empresarial. Pero esa calidad no debe entenderse aquí desde un punto de vista
individual o del management —lo que se plasmaría en la búsqueda, en última
instancia, de un objetivo de maximización del beneficio de una empresa
determinada—, sino desde un enfoque estrictamente macroeconómico, es decir,
valorando la contribución del tejido empresarial al crecimiento económico,
especialmente dentro del contexto del análisis regional, donde los factores
políticos e institucionales presentan menos relevancia que en el ámbito
internacional a nivel de países. Todo lo anterior es independiente, obviamente,
del enfoque individual o micro, en el que lo esencial es la rentabilidad de
cada empresa y en el que es muy posible la existencia simultánea de empresas
muy rentables y poco rentables en un mismo tejido empresarial regional.
4.
¿Cuáles son las características cualitativas
del tejido empresarial? (Desde la perspectiva de las modernas y desde un punto
de vista macroeconómico).
Características cualitativas del tejido
empresarial
Desde la perspectiva de las modernas teorías
del crecimiento endógeno, se puede afirmar que cada empresa contribuye en diferente
medida al crecimiento del conjunto de la economía. No todas las unidades
productivas contribuyen por igual a la mejora de la competitividad de un
territorio, ya que, por ejemplo, los diferentes sectores económicos no tienen
la misma tasa de crecimiento, ni la misma potencialidad de arrastre y capacidad
de crear empleo o mayores niveles de valor añadido (Solé y Martínez, 2003).
Desde un punto de vista macroeconómico, se pueden señalar diferentes
características cualitativas en el ámbito empresarial que afectan, en mayor o
menor medida, a los procesos de crecimiento y desarrollo de una economía
regional.
5.
¿Qué es el tamaño empresarial?
Tamaño empresarial:
Tradicionalmente, ha habido una cierta
unanimidad en pensar que las grandes empresas eran las que mayor contribución
realizaban al dinamismo económico en sus distintas facetas —valor añadido,
innovación, empleo, etcétera—. No obstante, a partir de la crisis económica de
los setenta, han surgido diversos estudios sobre el creciente protagonismo de
las Pyme en el proceso de crecimiento económico (Birch, 1979; Storey, 1988).
Pero si bien es cierto que el creciente protagonismo de las Pyme es asumido en
diferentes investigaciones empíricas, no son menos ciertas otras
consideraciones.
En primer lugar, que las grandes empresas
siguen ostentando un peso específico dominante en el comercio internacional,
mientras que en el contexto de las economías nacionales presentan un claro
protagonismo en el volumen de producción y también en el ámbito de las
actividades de I+D+i. No es casual que la inmensa mayoría de las grandes
empresas multinacionales, dominadoras de los grandes mercados, pertenezcan a
las economías más avanzadas como Estados Unidos, Japón y los principales países
de la Unión Europea.
Por otra parte, aunque las pequeñas y
medianas empresa tengan un protagonismo importante e incluso creciente en los
procesos de crecimiento económico y generación de empleo, ello es debido a su
mayor volumen cuantitativo respecto a las grandes empresas. De otro lado, es necesario
distinguir en ese ámbito dimensional las auténticas Pyme de las microempresas.
En la mayor parte de los casos, este tipo de empresas de muy reducido tamaño
responden a una motivación de «necesidad»—según la terminología utilizada por
el General
Entrepreneurship Monitor (GEM) es decir, de
mera supervivencia o medio de vida, con escasas aspiraciones de hacer crecer
una organización empresarial en términos de generación de empleo, ampliación de
activos, internacionalización, innovación, etcétera (Cáceres y Romero, 2006).
Por consiguiente, es necesario subrayar que los países y las regiones
económicamente más avanzadas, se caracterizan por un tejido empresarial, no
solamente con una proporción importante de grandes empresas, sino también con
una densa presencia de auténticas Pyme —con un mínimo de diez trabajadores,
según las
Estadísticas más extendidas—. Por el
contrario, las economías más atrasadas, bien sea en el plano nacional o
regional, suelen presentar un elevado grado de atomización empresarial que se
refleja en la mayor presencia de microempresas.
6.
En los procesos de producción de bienes y
servicios intervienen gran cantidad de sectores y subsectores de actividad que
contribuyen de modo muy distinto al crecimiento y desarrollo de la economía
regional ¿es correcta esta afirmación? Desarrolle.
Los sectores productivos dominantes
En los procesos de producción de bienes y
servicio intervienen gran cantidad de sectores y subsectores de actividad que
contribuyen de modo muy distinto al crecimiento y desarrollo de la economía
regional. Desde esta perspectiva, cabe hacer algunas consideraciones que, no
por conocidas, dejan de tener menos importancia. En primer lugar, las
actividades industriales son las que suelen requerir mayor nivel tecnológico,
mayor grado de especialización, mayor volumen de inversión en capital fijo y
mayor necesidad de bienes de equipo. En la mayoría de los casos, las
actividades de servicio tradicionales suelen «acompañar» al proceso central de
elaboración en forma de transporte, mantenimiento de maquinaria, prestación de
información, limpieza e higiene de los centros de trabajo, restauración y
atención personal, etcétera. Por otra parte, y también en muchos casos, las
actividades de servicio se suelen situar en la fase final de la cadena
productiva, es decir, cercana al consumo. Ahí se suelen situar las actividades
de distribución, publicidad, comercio al por mayor, comercio al por menor,
servicio postventa, etcétera. A tenor de lo anterior, se podría señalar que,
salvo en casos específicos, a lo largo del proceso de producción, la fase de
transformación y elaboración (actividad industrial) viene a marcar la pauta
central en el mecanismo de generación de valor añadido, mientras que, en gran
medida, los servicios tradicionales desempeñan un papel «auxiliar» o
«accesorio» a esa pauta central, e incluso su valoración económica como, por
ejemplo, en el caso de la comercialización, se suele realizar en función de la
fase industrial, a través de la fijación de márgenes porcentuales.
Ciertamente, la preponderancia de las
actividades secundarias es mucho más evidente en los contextos macroeconómicos
protagonizados por sectores maduros y tradicionales. Con la emergencia de la
moderna «economía del conocimiento», ciertas actividades terciarias como, por
ejemplo, el software, el diseño o el asesoramiento tecnológico especializado,
están adquiriendo creciente importancia. No obstante, también hay que señalar
que estos servicios de alta cualificación y especialización, en la mayor parte
de los casos, no suelen constituir un fin en sí mismo, sino que, al menos en
última instancia, se suele proyectar en la elaboración de productos tangibles
altamente sofisticados y/o de innovadora presencia en los mercados.
En segundo lugar, la contribución al
crecimiento y al desarrollo regional por parte de los sectores productivos, no
sólo hay que considerarlos de modo directo, sino también indirectamente, es
decir, sobre los efectos inducidos en otros sectores vinculados a la cadena
productiva.
En este sentido, como es bien sabido, los
análisis input-output ponen de manifiesto que, en general, son las actividades
industriales las que presentan mayores efectos de arrastre, tanto hacia delante
(forward linkage) como hacia atrás (backward linkage), por lo que el efecto multiplicador
que genera en todo el sistema productivo suele ser mayor que el que generan las
actividades terciaras.
7.
¿Por qué el software, el diseño o el
asesoramiento tecnológico especializado, están adquiriendo creciente
importancia?
El software, el diseño o el asesoramiento
tecnológico especializado, están adquiriendo creciente importancia ya que ayuda
a las industrias a tener mayor control de sus productos o servicios, teniendo
siembre orden, seguridad y un fácil manejo. No obstante, también hay que señalar
que estos servicios de alta cualificación y especialización, en la mayor parte
de los casos, no suelen constituir un fin en sí mismo, sino que, al menos en
última instancia, se suele proyectar en la elaboración de productos tangibles
altamente sofisticados y/o de innovadora presencia en los mercados.
En segundo lugar, la contribución al
crecimiento y al desarrollo regional por parte de los sectores productivos, no
sólo hay que considerarlos de modo directo, sino también indirectamente, es
decir, sobre los efectos inducidos en otros sectores vinculados a la cadena
pro- ductiva. En este sentido, como es bien sabido, los análisis input-output
ponen de manifiesto que, en general, son las actividades industriales las que
presentan mayores efectos de arrastre, tanto hacia delante (forward linkage)
como hacia atrás (backward linkage), por lo que el efecto multiplicador que
genera en todo el sistema productivo suele ser mayor que el que generan las
actividades terciaras. La explicación de ello no sólo está en la mayor cercanía
de buena parte de las actividades de servicios a la demanda final.
8.
¿Qué son las empresas marKet-maKer y
product-maKer?
Se podrían distinguir dos tipos de empresas:
1) Las empresas market-maker localizadas
predominantemente en las regiones más atrasadas.
2) Las empresas product-maker localizadas
predominantemente en las regiones económicamente más avanzadas.
Desde un punto de vista empírico, y partiendo
de una información segmentada para cada empresa sobre los flujos de compras y
ventas correspondientes al mercado local, regional, nacional e internacional,
es posible cuantificar la relación de procedencia territorial de los input con
respecto al destino territorial de los output. Así, un valor máximo en la
dependencia funcional de una determinada empresa viene a significar que la
totalidad de las compras las realiza en el mercado extranjero y el total de las
ventas las destina al mercado local. Por el contrario, un valor mínimo en la
dependencia funcional significaría que la empresa adquiere todos sus input en
el mercado local y destina todos su output a la exportación internacional.
Los ejemplos más ilustrativos de las empresas
market-maker se dan en algunas actividades de servicios específicos:
concesionarios de vehículos, distribuidores de bebidas, de material de oficina
o de productos farmacéuticos, suministro de máquinas y herramientas,
franquicias de ropas, alimentos, etcétera.
9.
¿Qué es la innovación? ¿Cómo aplica a este
principio de diagnóstico?
La innovación
La innovación es la actividad empresarial que
más se ha relacionado con el crecimiento económico. Schumpeter (1976), en su
conocida obra La Teoría del Desenvolvimiento Económico, asimila al empresario
con el innovador, que es quien se encarga de introducir nuevos inventos en la
actividad productiva. En su Modelo I (Mark I), las innovaciones introducidas
por los empresarios rompen el equilibrio de la economía y dan lugar a un
«proceso de destrucción creadora» por el que desaparecen las empresas que no
adopten las nuevas tecnologías.
En este modelo, la innovación es una variable
exógena, pero más tarde Schumpeter considerará que las innovaciones surgen en
el interior de las empresas debido a su actividad investigadora, es decir, de
forma endógena. Esta visión se recoge en su Modelo II (Mark II), que se concibe
para un contexto económico dominado
10. ¿Qué son
los joint ventures
El joint venture es una herramienta de
gestión que consiste en una asociación a largo plazo entre dos o más empresas
que se unen para realizar una alianza comercial con el fin de alcanzar un
objetivo en común.
A través de un joint venture las empresas
implicadas podrían tener como objetivo la creación de un nuevo negocio, el
desarrollo de un nuevo producto, la prestación de un servicio, el incursionar
en un mercado extranjero, etc.
Y para la consecución del objetivo las
empresas implicadas podrían aportar o compartir recursos tales como materia
prima, capital, personal, canales de distribución, tecnología, conocimiento del
mercado, etc.
Pero además de compartir recursos, en un
joint venture también se comparten esfuerzos, responsabilidades y el riesgo de
emprender un negocio, actividad o proyecto que supera las posibilidades
individuales (razón por la cual el joint venture también suele ser conocido
como contrato de riesgo compartido).
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